Memorias de Neil Young de Neil Young
Neil Young es una leyenda en ejercicio, una figura insoslayable del canon roquero desde los ya lejanos sesenta y además un enigma. Al menos hasta ahora. Porque el muy esquivo sujeto, aquejado tal vez de una brusca simpatía, decidió cierta mañana mostrarnos el sanctasanctórum de sus recuerdos e intimidades.
Ese experimento confesional es este libro: una voz cantante que nos presenta el calidoscópio de una vida y una música ejecutadas hasta la médula, que nos conduce desde las nieves de Ontario a los edenes hawaianos pasando por las calles alucinadas de Los Ángeles en los albores de la gran turbulencia. Estamos, pues, ante el relato de un viaje inenarrable o, como afirma un crítico perspicaz, ante «la historia del rocanroll abierta en canal, en primera persona y en presente de indicativo».
Neil Young
Aventurar una breve semblanza biográfica de Neil Young (Toronto, 1945) es extensamente superfluo, sobre todo cuando el lector cuenta con unas estupendas memorias recién salidas del horno. Pese a ello diremos que Neil ha tocado todos los palos del rock y sus variados aledaños; que ha publicado 52 álbumes; que se ha casado dos veces; que tiene tres hijos; que adora los coches viejos o los trenes eléctricos.
Y, por fin, que la música popular contemporánea (es decir, la cultura contemporánea) sería otra sin su gigantesca presencia. Sería, simplemente, mucho menos jugosa.